La
conciencia psicológica, la cual podemos definir como el conocimiento que
tenemos de nuestro propio yo, de nuestros actos y del mundo que nos rodea. Esta dimensión psicológica de la conciencia
no es todavía la conciencia moral, aunque constituye un presupuesto básico, ya
que sólo podremos dar la dimensión moral de la conciencia si previamente somos
conscientes de nuestros actos.
Pero
la persona además de conocerse y conocer lo que le rodea, es capaz de valorar
las cosas y valorarse a sí misma sintiéndose responsable de sus actuaciones.
Esta capacidad de valoración según el bien y el mal al es la conciencia moral.
Podemos llamar conciencia a la propiedad que tenemos las personas para formular
juicios sobre la rectitud de nuestros actos.
La
conciencia moral es el conocimiento moral que acompaña nuestra vida moral y
nuestras actuaciones, porque al actuar bien o mal sabemos lo que hacemos y si
eso que hacemos merece o no aprobación.
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